Los indígenas se oponían a que se llevaran el cuerpo para la autopsia. Puro chisme, no hubo homicidio.
Palenque, Chiapas,
Enrique Romero.
La autoridades y pobladores de San Jerónimo Tulijá, municipio de Chilón, detuvieron a 3 personas a las que acusaban de haber dado muerte a un joven que se ahogó en el río Tulijá, pues dos de los vecinos aseguraban ser testigos del homicidio por parte de los detenidos; no obstante, al realizarse la autopsia se reveló que se trata solamente de un lamentable accidente. Todo parece indicar que el joven, quien andaba borracho, cayó al río y se ahogó.
De acuerdo con la investigación que realiza la fiscalía regional de justicia, el pasado domingo la autoridad recibió el informe de que en San Jerónimo Tulijá había una persona muerta y detenidas tres personas a las que se les responsabilizaba del homicidio. Al llegar al ejido Paraíso Tulijá, como a 100 metros del río, el MP pudo observar que entre las aguas se encontraba el cuerpo de un ahogado, atorado entre unas ramas, por lo que se procedió a sacarlo y fue identificado como Felipe, Gutiérrez Hernández, de 23 años de edad y vecino de San Jerónimo Tulijá.
Quien lo identificó fue su hermano Manuel, quien declaró que ignoraba que había sucedido con Felipe, pero que por versiones de Indalecio Hernández Gómez y de Tomasina Méndez Morales, sabía que su hermano fue privado de la vida por Pedro Hernández Moreno, su padre Pedro Hernández y su tío, Cristóbal Hernández Gómez, ya que Indalecio y Tomasina le aseguraron que ellos vieron cómo ocurrieron los hechos.
Por su parte, el agente municipal de San Gerónimo Tulijá, Marín Gutiérrez Méndez, quien ya tenía detenidos a los presuntos homicidas y hasta les había hecho firmar una declaración en la que confesaban que estuvieron toda la mañana del viernes a orillas del río, tomado bebidas embriagantes con el hoy occiso, retomó la versión de que Tomasina había escuchado días antes que los detenidos, entre ellos Cristóbal, quien vende clandestinamente bebidas alcohólicas, amenazaban con matar a Felipe, por lo que junto con la comunidad demandaban todo el peso de la ley para los detenidos.
No obstante, cuando el Ministerio Público y los peritos de la Fiscalía intentaron trasladar el cuerpo del ahogado a esta ciudad, unos 200 indígenas se opusieron pues señalaban que ya no había que investigar nada más pues los homicidas estaban detenidos y confesos, además de que había testigos de los hechos. No obstante, el Ministerio Público logró convencerlos de que es un procedimiento de ley dentro de la investigación y finalmente accedieron a permitir el traslado del cuerpo.
En un caso que para la comunidad ya estaba concluido, la autopsia reveló que el fallecido no tenía lesión alguna y en cambio sí una fuerte intoxicación etílica, además de que murió por asfixia por inmersión, es decir ahogado. Todo parece indicar que luego de haber estado tomando toda la mañana con los detenidos, en algún momento cayó al río accidentalmente, pues el cuerpo se encontró totalmente vestido y con botas, y se ahogó.
La investigación científica y profesional de la Fiscalía sacó a flote la verdad, pues de lo contrario, por chismes y malquerencias, tres personas inocentes habrían pasado largos años en la cárcel, acusados de un crimen que no cometieron, pero donde hasta «testigos» y «confesiones» había.
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